domingo, 24 de septiembre de 2017

NICOLE CECILIA DELGADO




Islas



Yo no me fui porque estos bordes
están malditos,  
porque el agua de este mar está contaminada
de soñolencia y ensoñación y porque el tiempo
es un fenómeno de velocidad variable
en esta parte del mundo que llamamos Caribe.

Yo soy de las islas
y no quiero con eso decir que me domina
el insularismo pedregoso y fatalista
impreso en las lajas de mis antepasados.

Si digo soy de las islas me refiero
a la naturaleza de archipiélago
de mi propia personalidad.

Tengo islas en los ojos y en la boca;
mis senos son montículos insulares
en la vastedad oceánica de mi cuerpo de agua.
Y en el agua he descubierto
la posibilidad fantástica
de un verbo parecido a volar.

Pero si no me fui no es
porque me sepa aislada.
Ahora sé que además de la poesía
tengo vocación de isla
y mis palabras son de agua salada.

Para las isleñas el mundo nunca se acaba
en dónde comienza el mar.



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