lunes, 9 de octubre de 2017

EDGAR VALENCIA




Deítico 



Escribí esto ayer y lejos
de este instante en que se lee.

Escribir esto, tarde siempre
de lo que busco decir,
de lo que espera leerse con cuidado.
Escribir esto aquí y ahora,
pero escribirlo irremediablemente
después del momento debido.

Porque, supongamos, que uno piensa lo que dice,
aunque sea un lapso breve
antes de anunciarlo,
y sólo el llanto y la risa no se piensan
o el grito cuando algún objeto,
por ejemplo, nos impacta sobre el pie.
Es difícil meditar lo que se duele.

Supongamos que uno escribe una carta, 
lo que se piensa estará antes de la pluma
y la pluma estará aquí y ahora
poniendo un punto final, donde se pueda,
por no acabar de pensar
lo que te he dicho
ayer y antes de la carta,
aquí y allá donde te encuentres,
dos puntos
¿Dónde te encuentras?

Aquí. Dirás seguramente
haciendo una señal;
y mi mano deja la pluma
para levantar en este instante
la vista del papel
y descubrirte.




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