Deítico
Escribí
esto ayer y lejos
de este
instante en que se lee.
Escribir
esto, tarde siempre
de lo
que busco decir,
de lo
que espera leerse con cuidado.
Escribir
esto aquí y ahora,
pero
escribirlo irremediablemente
después
del momento debido.
Porque,
supongamos, que uno piensa lo que dice,
aunque
sea un lapso breve
antes
de anunciarlo,
y sólo
el llanto y la risa no se piensan
o el
grito cuando algún objeto,
por
ejemplo, nos impacta sobre el pie.
Es
difícil meditar lo que se duele.
Supongamos
que uno escribe una carta,
lo que
se piensa estará antes de la pluma
y la
pluma estará aquí y ahora
poniendo
un punto final, donde se pueda,
por no
acabar de pensar
lo que
te he dicho
ayer y
antes de la carta,
aquí y
allá donde te encuentres,
dos
puntos
¿Dónde
te encuentras?
Aquí.
Dirás seguramente
haciendo
una señal;
y mi
mano deja la pluma
para
levantar en este instante
la
vista del papel
y
descubrirte.
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