domingo, 19 de noviembre de 2017

ANDREA OCAMPO



  
Infinita




Los primeros motores traen el alba a la rastra.
Cuerpos como lazos en la burbuja azul eterna
fondo de un mar perfecto para las caricias.
Tu forma imaginada de animal prehistórico.
Todavía el viento de la noche hace temblar
las lámparas públicas y en el vaivén de sombra
fosforecen las flores de los palos borrachos.
¿Si durara esta noche para siempre?
Cubrimos cada grieta, cada mínimo redondel
por donde se filtran agudos gritos de luz.
Permanecemos sin esperar, se sabe que
tarde o temprano el día va a tirar la puerta abajo.





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