sábado, 9 de diciembre de 2017

LORENA VENTURA




Simetría de la luz



Este amor es un joven dinosaurio
que ha tardado cien años en crecer:

más tardará en desmoronarse.

Milenios pasarán
para que la puta muerte
le clave los colmillos
y lo enferme de miseria,
para que el tizne de unos dedos
–envidiosos de tanto y tanto amor
se atrevan a tocarlo en su textura
–que es de luz y de crisálida.

Este amor vive en el silencio
que rodea a la palabra
y de nada vale treparse a la punta de los pies
o alargar la mano
para minar su territorio.

No deja nunca de crecer.

Animal largamente fatigado por la sed
            frente a la espuma inalcanzable del lenguaje,
Aprendió a decirlo todo
ayudado por los pájaros:
grafías subversivas que el viento
            aprendió a ordenar.

Si otros se atreven hoy a amar
–a dejarse beber por el silencio
es por su dulce sombra

unida insalvablemente a nuestros nombres.

Lejos de la marítima traición
de ir y de volver

se encuentra este amor
trazado en el centro de la luz:

Toda noche es ya una tinta mal cuidada
en el cuaderno de los días.



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