Salgo de
ti, Silencio,
para
buscar tu ritmo y tus repeticiones,
para
guardar tu rostro
y tu
temperatura.
Lleno
de ti mis ojos,
mis
pulmones.
Toda mi
lengua sabe a ti, Silencio,
mi
saliva metálica, mi voz de nube,
nuestro
aroma.
Un
vidrio roto me conduce a ti,
a un
barco ciego, a una despierta estancia.
Salgo
de ti, Silencio
¿Pero
qué cosa no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario