jueves, 18 de enero de 2018

MANUEL IRIS




Salgo de ti, Silencio,
para buscar tu ritmo y tus repeticiones,
para guardar tu rostro
y tu temperatura.
Lleno de ti mis ojos,
mis pulmones.
Toda mi lengua sabe a ti, Silencio,
mi saliva metálica, mi voz de nube,
nuestro aroma.
Un vidrio roto me conduce a ti,
a un barco ciego, a una despierta estancia.
Salgo de ti, Silencio
¿Pero qué cosa no?


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