Cásida LX
Cuando
al romper el día nos encontraos en la despedida,
las
banderas ondeando en el patio del palacio,
reunidas
las tropas de corceles, los címbalos
resonando,
y aparecieron las señales de la separación,
lloramos
sangre, como si nuestros ojos
con
lágrimas tan rojas estuvieran cubiertos de heridas.
Esperábamos
el regreso después de un plazo breve,
pero
¡cómo si ya nos parecía largo!
—Ibn Zaydún (m. 463 h
/ 1070 n.e.) Córdoba—
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