sábado, 24 de febrero de 2018

ANASTASIO DE OCHOA





Carta


A una persona de confianza.



De aquí de este lugar donde me aleja
Enemiga fortuna,
Te mando la salud, que a mí me deja;
No porque de importuna
Enfermedad el flaco cuerpo sienta
Dañado en parte alguna;
Mas porque la tristeza macilenta,
Que tiene aquí su asiento,
Más que horas tiene el día me atormenta.
Sumido en mi aposento,
Cual si fuera filósofo sesudo,
Todo soy pensamiento.
Y es mi silencio tanto que ya dudo
Si el hablar se me olvide,
Y venga con el tiempo a quedar mudo.
No el hablar se me impide,
Más que callado lleve siempre el pico
La soledad lo pide.
No hay quien hable conmigo, y te suplico,
Si no quieres que muera,
Que para hablar me mandes un perico.
Dirás que bien pudiera
Salir de casa, pues hacerlo puedo,
Y divertirme afuera:
Te engañas, que por fuerza me estoy quedo,
Y si salir procuro,
Al intentarlo vuélvome de miedo.
Además te aseguro
Que a clausura tan lóbrega me obliga
El frio aquí seguro.
Cual encerrada y temerosa hormiga
Que asoma al agujero,
Descontenta, y del ocio poco amiga,
Queriendo del granero
Salir, más viendo el cielo muy opaco
Tórnase á su hormiguero;
Así yo a veces la cabeza saco
De mi estrecha morada,
Por ver si fuera, mi tristeza aplaco;


No hay comentarios:

Publicar un comentario