El último tren se ha parado
El
último tren se ha parado en el último andén, y nadie
salva a
las rosas. Ninguna paloma se posa en una mujer de palabras.
El
tiempo se ha acabado. El poema no puede más que la espuma.
No
creas a nuestros trenes, amor, no esperes a nadie en la muchedumbre.
El
último tren se ha parado en el último andén, y nadie
puede
retornar a los narcisos rezagados en los espejos de la penumbra.
¿Dónde
dejaré mi última descripción del cuerpo que en mí habita?
Todo ha
terminado. ¿Dónde está lo que ha terminado? ¿Dónde vaciaré el país que en mí
habita?
No
creas a nuestros trenes, amor, las últimas palomas han volado, han volado,
y el
último tren se ha parado en el último andén... y no hay nadie.
De: “Menos rosas”
Versión de María Luisa Prieto
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