jueves, 26 de abril de 2018

RAMÓN GARCÍA


  


Bretagne



Champaña helada
Seguida de vino y limoncello.

Los aceites fríos de aceitunas verdes y negras
Sangran traslucidos en blancos y fríos platos.
Nuestro amigo sirve la carne salada
De  corderos criados en el salobre suelo del Atlántico.

Comemos y bebemos lento y tarde
Porque las noches inician casi a las 10 p.m.

La angustia no se ha movido de la ciudad.
Aquí, se ha asentado una especie de respiro:
Tardes de playas y dunas de arena
Lluvia oculta por la noche,
Sueños, como fantasmas, traídos de algún otro lugar.

El viento del mar clama
Por el campo, medido
Y exótico como una nueva forma musical.
La soledad flota en las esquinas oscuras
De la inmensa casa,
En un punto muerto.

Risa. Horas compartidas de ingenio
Y charla.

No hay salvación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario