Autopsia
Me
olvidas, cariño, me olvidas,
y este
amor que siento
es más
fuerte que un grito de ambulancia,
se
esparce como sangre en la camilla,
revive
al muerto del quirófano
y, cual
botella de oxígeno,
lo mal
usas, lo agotas, lo dejas escapar.
Me
olvidas, amor, me olvidas,
mientras
yo me debato con la muerte
suplicando
al médico arranque
de mi
corazón tu nombre,
que lo
extraiga junto al silencio que dejaste
y lo
muestre al público asistente
en la
sala de emergencias.
Me
matas, amor, me matas,
me
tienes congelada sobre la terrible plancha,
inmolada
de frío cual amoratado cadáver,
a punto
de ser descuartizado
para
que los doctores de la ausencia
giren
la rueda de la autopsia
y
declaren que fallecí de amor.
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