miércoles, 2 de mayo de 2018

ADRIANA LANZA





Por la ventana



Palpo este mantel a cuadros
crudo bordado blanco
por la ventana de todos los días
aparece un ser
muy diferente al que extraño.
Había un bosque opaco
había una laguna de barro.
La niña corrió hasta hundirse
donde se perdió el caballo.
Descubrió sus amuletos
en los ojos de Atreyu [1].
Prodigio de esta historia,
salió al otro lado.
La otra niña, no osada, rosada,
la miraba desde su orilla
sin perder el color.
Ennegrecido, el cuerpo
supo de su destino siniestro.
Trepó al cerro, llegó a la cueva,
niña consagrada al agujero.
Sólo ahora la extraño.
Muero por la niña
encerrada en la caverna.

  
1: Para quienes no se acuerden, protagonista de La Historia sin Fin, novela del alemán Michael Ende y película –de culto, para muchos– de su compatriota Wolfgang Petersen.


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