jueves, 5 de julio de 2018

ALBERTO AVENDAÑO






Acerca de Lautrémont



Ciento ochenta y cinco animales nacen
de mi pecho putrefacto, devoran mis sesos
mientras de mi recto salen cabellos.
Hoy por la tarde
esculpí mi loza mortuoria.
Escucho susurros de ánimas petrificadas con brea,
vienen del suelo, de los árboles, del océano.
La noche no termina
y mi propia alma ha comenzado a petrificarse.
Antes de que llegue Venus a mi ombligo
colocaré la loza junto a un mezquite y este poema
será mi epitafio.


De: “Para cantar bajo la lluvia”



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