jueves, 5 de julio de 2018

ERNESTINA YÉPIZ





Poema inconcluso



Los árboles desprenden la hojarasca,
los pétalos de la rosa se marchitan;
pero mi buganvilla florece en el jardín
y una buganvilla florecida es una fiesta.
Habrá que convocar a los vecinos,
a los transeúntes todos;
que todos vean
que mi buganvilla  rejuvenece en pleno otoño
y con su colorido ennoblece las paredes,
cubre el piso
y la fachada herrumbrosa de mi casa;
que todos vean también
que su ramaje se extiende más allá —mucho más allá—
del muro de ladrillos que intenta contenerlo;
y su florescencia reviste
de una alfombra purpúrea
la calle entera y las banquetas.
He abierto las ventanas del balcón
y el viento hace
que un tumulto de flores,
en plena algarabía,
se postre en mi cama:
duermo sobre ellas
y en el sueño descubro
lo simple que es la felicidad.



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