domingo, 5 de agosto de 2018

DALI CORONA





Malaria 

Para Claudia Herrmann



I

Si de pronto, lo radiactivo de esta guerra
fuera a caer en la recámara,
y hubiera que coser el alma de una sombra vieja
casi antaña. La alcantarilla
sería el mejor refugio para un perro asesinado.
Si de pronto el cielo fuera agigantándose
hasta más allá de mis oídos
y las nubes dieran de comer toda su lluvia;
la tarde buscaría en su bolsillo una moneda,
algún reflejo, para poder cubrir así
su cuota de inquilina.
Y si el final de la masacre
se viera venir sólo en la indolencia de la tierra
y tuviera que apuntar mi arma
contra un muro de silencio,
– la nuca adversaria de la muerte-
terminaría por desechar la última bala
destinada para mí.
¡Ah! si la leucemia de este verso
llegara a poblar todas las calles…


II

…Y si después de tanto trazo,
tanto giro, tanto tacto,
toco
el ciliar sueño de un cetáceo,
y viajo corcovado, seminífero,
tarantuleando el aire como un escarabajo
que vuela arriba hacia el suicidio, no sería yo
el que prófugo escribe estas palabras,
el que sin más preámbulo
socava las entrañas del poema.
Soledad, “voy a poner tu nombre a un día del año”
llamaré Marcíl a esta tarde
para ver si así despisto un poco al tiempo
y el clima, las horas, los meses
dejan de parecerse tanto a una comedia.
Estructurado este vertebro, acantilado corazón
malaria sea mi verso.


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