the never- ending danzón
I. La
inquietud
Figuras.
Dos figuras rondan un falso salón, o quizá un salón,
y cuando una mira al suelo la otra arrastra el pasado
con giro animal.
Agolpan los tacones la fiesta, la mortaja,
mientras el vestido encuentra la plenitud,
esta ignorancia que se encuentra
en un desliz de cuatro pasos.
Entonces la distancia se vuelve sudor y barro falso.
Dos figuras dibujan su cuna para el mundo,
lugar para beberse en agua de palomas.
Dos figuras rondan un falso salón, o quizá un salón,
y cuando una mira al suelo la otra arrastra el pasado
con giro animal.
Agolpan los tacones la fiesta, la mortaja,
mientras el vestido encuentra la plenitud,
esta ignorancia que se encuentra
en un desliz de cuatro pasos.
Entonces la distancia se vuelve sudor y barro falso.
Dos figuras dibujan su cuna para el mundo,
lugar para beberse en agua de palomas.
II. El
delirio
Qué
valiente resulta ser el cuerpo
al rendirse combatiendo,
vaina dichosa que se pierde en su sonido
rompiéndose lenta por el sol.
A gritos de ancla respira la cintura
escuchando la promesa del perfume
del tamarindo en el verano,
y a gritos de abanico enmudecen las orquestas.
al rendirse combatiendo,
vaina dichosa que se pierde en su sonido
rompiéndose lenta por el sol.
A gritos de ancla respira la cintura
escuchando la promesa del perfume
del tamarindo en el verano,
y a gritos de abanico enmudecen las orquestas.
Cuanto
mayor es el giro
menor la vergüenza.
menor la vergüenza.
Tal vez
el alcohol es alianza
cuando en los labios del otro
se columpia el rumor en alguna silla.
cuando en los labios del otro
se columpia el rumor en alguna silla.
III. La
ruptura
Regresa
el tizne a la punta del zapato,
las miradas agazapan la luz
al quedar la música descalza.
Se detienen las figuras, vuelve el tiempo
para dejar esta incómoda distancia
cuando se apartan los brazos
como al soltarse una cuerda.
las miradas agazapan la luz
al quedar la música descalza.
Se detienen las figuras, vuelve el tiempo
para dejar esta incómoda distancia
cuando se apartan los brazos
como al soltarse una cuerda.
Pero un
cuerpo, sólo un cuerpo
permanecerá esperando otra canción,
la que embriaga la edad y la disfraza
al devolver el murmullo de saberse,
por el goce de otra sombra,
figura ilimitada.
Lo que todos tendrían que saber (interlude)
permanecerá esperando otra canción,
la que embriaga la edad y la disfraza
al devolver el murmullo de saberse,
por el goce de otra sombra,
figura ilimitada.
Lo que todos tendrían que saber (interlude)
Para
conocer la sabiduría del naufragio basta olvidar nuestro peso, prolongar la
laxitud del cuerpo, ser Caronte con la barca y las manos vacías. Quien
desconoce la inutilidad de la brazada para llegar a tierra firme, es por que
teme saber que el origen de sí mismo se conoce a través de una minúscula pausa,
cuando los brazos se dan por vencidos y en el ritmo del agua las piernas se
despiden de la angustia por haber sido torpes.
El ahogo sólo es reconocible cuando inútil te sometes a la velocidad del nado por la ansiedad de tocar las orillas.
Pero el abismo cobija cualquier momento y densidad.
El ahogo sólo es reconocible cuando inútil te sometes a la velocidad del nado por la ansiedad de tocar las orillas.
Pero el abismo cobija cualquier momento y densidad.
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