miércoles, 15 de agosto de 2018

LUIS LÓPEZ ANGLADA




  
La bodega



Bajé, contigo, amor, a la bodega
y me acerqué al tonel que allí dormía
por ver si era verdad que en él crecía
la flor del vino, diminuta y ciega..

Y para poder ver lo que trasiega
el vino al corazón, pensé que unía,
para jugar, tu boca con la mía,
porque el amor no sabe a lo que juega.

Uniendo así en tus labios vino y mieles
le dimos a la flor de los toneles
como vaso tu labio femenino.

Y todo fue tan dulce y abundante
que nunca la bodega vio otro amante
ebrio de tanto amor y tanto vino.


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