lunes, 10 de septiembre de 2018

ADELFA MARTIN





Tiempo sin tiempo



Veo hacia adentro de la oscuridad.
De mi interior nacen los gritos que escucho a lo lejos,
porque vienen de las voces que no me pertenecen.

La tristeza no emana de mí,
viene de aquellas aves que no saben cantar
porque les arrancaron los ojos.
Su canción es muda y sorda.

Las flautas que suenan lejanas,
atormentan a mi alma que descansa.
¡Oh paz interior que ya no te recuerdo!
...siento los pasos de los hombres
que me acechan día y noche...
Mis ropajes naranjas son
una mueca de alegría;
una burla cruel...

¿Cuántos años aquí?
¿Que sucedió que no puedo recordar?
El tiempo se detuvo sobre las nubes de aquella montaña
que no ha cambiado en años...

Canta ave, canta...
yo prometo reponer tus ojos
que me miran desde la profundidad
del alma de las aves...

La soledad es un mito que me acompaña.
La alegría, una sombra igual
al sonido del tren lejano y cercano.
Resuenan nuevamente los pasos
de los hombres solos
que no duermen nunca...

La sangre se secó, y no puedo seguir escribiendo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario