La quema
Cómo
deseo
tus manos apremiantes y vivaces
y, al fin, mi silenciosa destrucción
y cómo abrasa el aire que se riza
en cada grieta de mis brazos.
tus manos apremiantes y vivaces
y, al fin, mi silenciosa destrucción
y cómo abrasa el aire que se riza
en cada grieta de mis brazos.
Si
alguna vez soñé que me mataran
debe ser esta, danzarina,
y cuanto más
me abrazas más me acabas.
debe ser esta, danzarina,
y cuanto más
me abrazas más me acabas.
Quién
iba a decir
que un átomo de luz, casi una idea
me hiciese tanta muerte.
que un átomo de luz, casi una idea
me hiciese tanta muerte.
Acabo
de olvidar
el zumbido del aire entre las ramas
de mi frondoso padre
y lo pacientemente que regábamos
el vientre de la atmósfera de verde.
el zumbido del aire entre las ramas
de mi frondoso padre
y lo pacientemente que regábamos
el vientre de la atmósfera de verde.
Mis
hermanas las hojas,
mis pequeñas penínsulas de bronce,
no tienen a mi cuerpo,
ni las raíces, ni las alas
de las titubeantes mariposas,
ni los niños jugando al escondite tienen ya
el templo de la sombra que es el roble.
mis pequeñas penínsulas de bronce,
no tienen a mi cuerpo,
ni las raíces, ni las alas
de las titubeantes mariposas,
ni los niños jugando al escondite tienen ya
el templo de la sombra que es el roble.
No hay comentarios:
Publicar un comentario