Jardín
Entre
cortinas espesas y camas altas
habitamos
el palacio del encierro.
No
abandonaré este recinto,
nunca
saldré desnuda a los campos
ni te
besaré frente a los comensales.
Sólo en
la soledad de nuestros cuerpos
te
amaré,
con
gotas en los labios.
Exprímeme
déjame
el vaso vacío a mí
bebe de
mi sed
¿y si
la muerte llega de pronto
e
ilumina un cuarto oscuro?
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