domingo, 23 de diciembre de 2018

CATALINA GONZÁLEZ RESTREPO

 


Silencio en la mesa



Mientras masticamos la carne del abandono
alguien ha corrido una silla
para sentarse y beber con nosotros.
Vivimos en sonidos que no podemos decir,
improvisamos un concierto que jamás vendrá:
el piano suena muy alto y mis voces callan.
Morir es mejor que oír,
los músicos son niños con hambre.


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