lunes, 3 de diciembre de 2018

LORENA HUITRÓN





Autrui



Quién es el otro sino una voz enmudeciendo,
sonido deshilado que no pide aguja
y de una hebra se define incompleto y suficiente.

Pregunto quién, quién silba este sueño
que me llama un día, me abraza
y me devuelve a la calle como vagabunda:
es un caminante ladrón de espejos
o es acaso el socorro sin límite
jugando a ser sombra necesaria.

Pero el sol de Oslo ilumina el puerto,
estoico, sin darme una respuesta.
Sólo estás tú, a mis espaldas,
riendo niño entre los barcos,
y mi bocanada cae al mar, sustituyéndome.


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