viernes, 7 de diciembre de 2018

RENATO SANDOVAL





¿Quién dijo pues que esta historia no es más que una,
franca y circunspecta, con lo fraternal que son todas las envidias
y con lo caro que son el seso, los trojes de orquídeas,
la prensa sicoanalítica y la adoración a ingentes manadas
de becerros de oro y mantequilla? ¿Quién habló del número primo
y del primo incestuoso, del vergel de olivos sobre el canal de atoro,
de la noche de gala cuando dijiste sí sabiendo que no me querías, del hastío,
de la urbe del miedo, un pan y otro pan, boletos
de amor enano y gazmoñería? No pensarás
que creí en la luz sólo porque ahí estaba, como si
el pelambre de los años no se hubiese desprendido ya
de lo gastado que se veía mi aliento, alergia triple
ante el polvo redimido posándose al interior de los espejos, garrapata
del adiós redoblando calcinante en el pecho, una única espiga
inclinándose por todos, marcador de la memoria de camino a la derrota,
muy de tarde en tarde yo me doy cuenta
de que alguna vez estuve aquí.


De: “El revés y la fuga”



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