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Perdida en un paraíso
de pertenencias inéditas
buscadora de ciénegas
instalo el deseo.
Lentamente me toca
desde esta página en blanco,
su palidez me entretiene
de este silencio de historias,
me asigna placeres en una nueva versión.
Su movimiento es un río
que no alcanzo a editar.
De: “Cuerpos
guardados”
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