Los Bíblicos
Cuando
juntos estuvimos
y nos
convocó la llama suave
de los
ojos de la noche,
ahí,
junto al silencio
de la
brasa, nos cobijamos
bajo el
sol de su candela.
Entonces
nos miramos
y en
silencio nos dijimos
los
otros a los unos:
somos,
seremos, Los bíblicos.
No
pandilla, no grupo:
una
atmósfera,
un
diccionario propio,
una
palabra abierta,
un
camino en deltas,
un
hechizo en verso.
Somos
una tribu
de
judíos errados
que se
han estrenado
en las
mil y una noches.
Seremos
como el fuego, como el hambre:
insaciables
a nuestras pasiones;
como el
Noé que se nos hunde,
como el
fruto del Jordán,
como el
amor samaritano.
Venimos
a luchar contra el olvido
que
somos. Contra lo que siempre fuimos.
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