El segundo de abordo
Mi
nombre es Moisés.
Nací
bajo el cielo del equinoccio,
cinco
mil años después de las noches amargas
de mi
abuelo, el que abrió el mar
y me
dejó la sal de sus olvidos.
Aquí
yo, su principal heredero,
fruto
de sus equivocaciones y sus tablas.
He
venido a conquistar
la
tierra prometida de tu vientre,
las
insinuantes llanuras de tu cordillera
en
donde haré valer
la ley
de mis mandamientos.
Abriré,
como el abuelo,
el mar
de los misterios
y
quedarás en mí, siempre,
como un
tatuaje áspero.
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