martes, 23 de abril de 2019

JOHN HAINES





La Coliflor



Quise ser una coliflor,
toda cerebro y oídos,
pensando en el origen de los jardines
y la divinidad de quien
cuidadosamente ata mis hojas.

Con mis ciegas raíces conmovidas
por las canciones de los gusanos,
y mi áspera garganta palpitando
con sonidos extraños, vegetales,
tal vez iba a sentir la caricia de despedida
del ala de una mariposa.

A diferencia de mis primas, las coles,
cuyas cabezas, firmemente apretadas,
no ven ni oyen nada de este mundo,
y sólo sueñan con la amarilla
y verde magnificencia
que se va endureciendo dentro de ellas.



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