XXXII
Es
tanto el dolor que el silencio es crimen
La
angustia es desde el hambre a la metafísica
América,
América, América.
Grito
tu nombre hasta romper los tímpanos
Somos
blancos y negros, somos indios
En la
sucesión de las vanas carnicerías
Atlántico,
Atlántico, Atlántico.
Tú no
separas mi poesía.
Poemas del Ainadamar
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