Dolientes
En el
interior de mi boca
se ha
extraviado un árbol
de
manzanas
nada
nace
nada
llama
un
hombre en la otra habitación
dice
llevar en su entraña un pedazo de mí
de piel
de hambre
Nos
miramos con recelo como dos moribundos
tras
una única luz
nos exaltamos
entre la pupila, nos devoramos como
sordomudos
entre
la fuerza de cada ojo
como el
dialogo de dos bocas encendidas
cuyas
siluetas se van volviendo borrosas
nos
miramos con malicia, con ansias
con la
mano seca y pinchada
Afuera,
hay pasos
Alguien
ha comprendido en la descarga
Que nos
estamos lapidando
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