sábado, 5 de octubre de 2019

FERNANDO SALAZAR TORRES





¡Qué saña! ¡Qué muerde!



¿De qué modo nos alivia la Muerte?
La sombra de sus costillas es agria,
algo muerde, con saña,
insistentemente, sin final,
mi corazón.
Ya casi olvido tu cara
pero tu esqueleto se yergue en las noches.

¡Qué saña, qué muerde!
Hay noches tan solas! Tan silenciosas
que las noches se vuelven lluvia

¡Qué saña! ¡Qué muerde mi corazón!


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