Calmato
Él es tan cuerdo y
sabido,
que no esperaba esperanza
Ximénez de Urrea
¿Sin
la virtud y la ironía,
Qué pensaría?
Eguren
‒¡Enséñeme a posarme en mi pasado,
Y
a reflejar el sino en mi persona,
Paloma
real que, lúcida raleona.
Pica
y peina el astil desaliñado!
(‒ ¡Dúo y fuego se apagó a su costado:
Mas
viso atiza, incierto, que blasona:
A
ciprés de acullá, como la Monna,
Sonríe,
esmalte de tornasolado!...
‒¡Tal, Alma Mía, la desesperada,
Con
córnea cruel mullendo la tersura,
Tan
dispuesta la sola: para nada...)
(‒La Vida, repasa tus poemas;
La
barba gris, abrásese a tu cura!...
¡Ya,
Muerte Mía, ven, y no me temas!
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