Asilah, temporada de espuma
Yo
era profeta de la sabiduría y de la verdad. Poseía las llaves de la ciudad. Amo
de los mares y de los pescadores. Ahora soy un cementerio de barro cocido. El
más hermoso cementerio donde la locura se desata, en el que duermen hombres
locos de bondad, enfermos de amor, enfermos de razón.
Soy
el loco de Aïcha
más
hermosa que la luna
pura
como mi locura
tuvimos
hijos muertos con las flores
están
allí
suspendidos
de mi barba
soy
el loco de Rahma
buena
como el pan
fértil
como la tierra
ave
dentro de mis ojos
dicen
que estoy loco
no
es cierto
grito
lloro y me callo
bailo
en la flama
y
hablo a los muertos
soy
una llave que tiembla
un
libro abierto para los niños que tienen miedo
soy
el cementerio de los pobres
pero
no soy una aparición
dicen
desde
que dormí entre los pechos de Ruhania
es
hijo de la soledad
sabes
cuando
Nachud, el viejo pescador, murió, arrastrado
por
la espuma gris
se
le hicieron grandiosos funerales
los
gatos lloraron
el
mar se retiró del canto y la luna veló por largo tiempo
su
tumba
yo,
soy el sueño culpable y el exilio de los perros
cuento
con la amistad de los gatos y de los pobres
todas
mis esposas han sido infieles
hundidas
en una locura fría
imágenes
y no almas
dicen
que estoy loco
cuando
en realidad estoy solo
un
poco triste
escuchadme,
os
voy a contar todo...
le
regalé una cabra...
no
no
estoy loco
dame
un cigarro y sigo con la historia...
De: “Los almendros murieron
por sus heridas”
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