jueves, 27 de febrero de 2020

TAHAR BEN JELUN





Asilah, temporada de espuma



Yo era profeta de la sabiduría y de la verdad. Poseía las llaves de la ciudad. Amo de los mares y de los pescadores. Ahora soy un cementerio de barro cocido. El más hermoso cementerio donde la locura se desata, en el que duermen hombres locos de bondad, enfermos de amor, enfermos de razón.

Soy el loco de Aïcha
más hermosa que la luna
pura como mi locura
tuvimos hijos muertos con las flores
están allí
suspendidos de mi barba
soy el loco de Rahma
buena como el pan
fértil como la tierra
ave dentro de mis ojos
dicen que estoy loco
no es cierto
grito lloro y me callo
bailo en la flama
y hablo a los muertos
soy una llave que tiembla
un libro abierto para los niños que tienen miedo
soy el cementerio de los pobres
pero no soy una aparición
dicen
desde que dormí entre los pechos de Ruhania
es hijo de la soledad
sabes
cuando Nachud, el viejo pescador, murió, arrastrado
por la espuma gris
se le hicieron grandiosos funerales
los gatos lloraron
el mar se retiró del canto y la luna veló por largo tiempo
su tumba
yo, soy el sueño culpable y el exilio de los perros
cuento con la amistad de los gatos y de los pobres
todas mis esposas han sido infieles
hundidas en una locura fría
imágenes y no almas
dicen que estoy loco
cuando en realidad estoy solo
un poco triste
escuchadme,
os voy a contar todo...
le regalé una cabra...
no
no estoy loco
dame un cigarro y sigo con la historia...


De: “Los almendros murieron por sus heridas”


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