jueves, 19 de marzo de 2020

CARL SANDBURG





Estatuas de bronce



I

La estatua de bronce del General Grant montado en su
         caballo de bronce, en Lincoln Park,
se apergamina al sol cuando pasan los automóviles
         ronroneando en largas procesiones, camino de
         alguna parte, para llegar a la cita prevista para la
         cena, o al cine, o a comprar y vender
aunque con el atardecer y de noche, cuando saltan las
         altas olas
en las lajas del paseo, a la orilla del lago, ahí cerca,
he visto al general retar a los basureros a que se acerquen
y pongan a galopar a su caballo de bronce, espoleado por
          los cascos y las armas de la tormenta.


II

Atravieso Lincoln Park en una noche de invierno
           mientras nieva.
En su estatua de bronce, Lincoln descuella entre la
           blancura de la nieve, su frente de bronce altiva
           ante los ecos de los vendedores de periódicos, que
           vocean que cuarenta mil hombres han muerto en
           el Yser, sus oídos de bronce atentos al amortiguado
           rugir de la noche que llega a sus pies de bronce.
Un indio ágil en un caballo pequeño, de bronce,
           Shakespeare sentado en bronce con sus largas
           piernas, Garibaldi con su capote de bronce,
           montan guardia en la fría y solitaria nieve que esta
           noche cubre sus pedestales, y así aguantarán hasta
           pasada la medianoche, hasta que raye el alba.


De: "Poemas de Chicago"
Versión de Miguel Martínez-Lage



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