Justo cuando había
aprendido a vivir sin él
se me vino a la cabeza la idea:
Yo a este hombre no renuncio.
se me vino a la cabeza la idea:
Yo a este hombre no renuncio.
Y las sábanas estallaron
en flores.
“Esto es la realidad”, dijo
y los sueños empalidecieron.
“Esto es la realidad”, dijo
y los sueños empalidecieron.
Tal era pues la fuerza
tras las miradas
que durante años educadamente
nos habíamos lanzado mutuamente.
que durante años educadamente
nos habíamos lanzado mutuamente.
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