Soneto III
Oh
dulce empeño, oh esperanzas vanas,
tristes
suspiros, lágrimas copiosas
que
mis ojos guardaran, silenciosas,
anticipando
ríos y fontanas:
oh
crueldad, durezas inhumanas,
que
el Cielo, en su mirar, estima odiosas:
¿a
un corazón transido, oh insidiosas,
pretendéis
todavía herir malsanas?
Que
más en mí Amor su flecha hunda,
que
nuevos fuegos lance y nuevos dardos:
que
furia abrace y cuanto mal prepare:
pues
tan dolida soy y tan rotunda
herida
estoy, que de arribar más dardos
do
hacer peor el mal sitio no hallare.
No hay comentarios:
Publicar un comentario