sábado, 22 de agosto de 2020

JUAN CLEMENTE ZENEA Y FORNARIS





Un Niágara de luz y la toga glacial



Un Niágara de luz y la toga glacial de los volcanes
y la Ilion de los lagos y son frases que bastan
para acreditar a un poeta.

Imposible parece que un vate de tan robusta
entonación y arranque, y de tanto lujo descrip-
tivo, haya conseguido asimilarse el espíritu de
fray Luis de León, hasta el grado de pureza y
tersura, que se admira, por ejemplo, en estas
gallardas liras:

Beato el que se aleja
de las flores de Abril, que el deleite abre,
y cual próvida abeja,
con las que el juicio entreabre,
panal de ciencia y de virtud se labrel

Tú que del alma mía
eres íntimo afán, ansia primera;
á quien prudente guía
materna consejera
por los pensiles de la edad ligera;


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