El niño chino
Si
pudiera,
me gustaría un bebé chino.
Su humildad oriental,
transmitida por los genes del linaje,
reflejada en mi silencio occidental,
logrado a través de años de práctica.
me gustaría un bebé chino.
Su humildad oriental,
transmitida por los genes del linaje,
reflejada en mi silencio occidental,
logrado a través de años de práctica.
Él
crecería muy lentamente por
discreción y por discreción yo también
envejecería lentamente.
Como en el cuento de hadas del crisantemo,
alargaríamos el tiempo
partiéndolo en pétalos de flores.
discreción y por discreción yo también
envejecería lentamente.
Como en el cuento de hadas del crisantemo,
alargaríamos el tiempo
partiéndolo en pétalos de flores.
Jamás
tendré a este niño chino,
pero en mi espacio existe:
extiendo sus manitas sobre la mesa,
leo en sus primeros dibujos,
recorto el flequillo de su cabello.
pero en mi espacio existe:
extiendo sus manitas sobre la mesa,
leo en sus primeros dibujos,
recorto el flequillo de su cabello.
Y
no lo mando a la escuela:
el hecho de que no exista
nos permite esta feliz huida.
el hecho de que no exista
nos permite esta feliz huida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario