jueves, 10 de diciembre de 2020

MARIO ALBERTO SANTOYO

 

 

 

Domus Áurea

a Alberto Campo Baeza



 

Hundo en las caderas de la luz mi rostro,

camino por su pecho

como un surtidor

que tintinea cegado

entre las paredes blancas.

Voy del perfil a la transparencia,

de cuarto en cuarto

como un soplo.

Músculo solar,

ópalo incoloro, cuyo cuerpo

harto de ornamentos

busca

durante la mañana

la Desnudez. 

 

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