viernes, 29 de enero de 2021

RICARDO HERNÁNDEZ PEREIRA

 

 

 

Corre

 

 

Corre, amor mío,
tan lejos hasta donde tu culpa te arrastre,

tan lejos hasta donde tu orgullo te lo permita

y puedas ocultarte del manto de la deshonra.

 

Yo estaré aquí, en esta casa del reposo,

contemplando tu entera desnudez y tu vergüenza,

y viviendo en el hueco que dejas en el vacío de las horas 
y del insomnio.

 

Ve y habita otros cuerpos,

otros alientos,

otras razones

y refúgiate en el olvido de otros besos,

si es que esos besos llegan,

si es que el olvido toma parte también contigo,

porque la memoria es perra y la costumbre ruda,

y la vida da justas cuentas

de lo que a cada uno nos toca.

 

 

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