lunes, 11 de enero de 2021

SAINT KABIR

 


 

62.

 

 

¿Por qué, corazón mío, eres tan impaciente? Aquel que vela por las aves, por las bestezuelas y por los insectos.
Aquel que cuidaba de ti cuando todavía estabas en el seno de tu madre: ¿dejará de protegerte ahora que ya saliste de él?
¿Cómo puedes, ¡oh, corazón mío!, apartarte de la sonrisa de tu Dios y andar errante tan lejos de Él?
Abandonaste a tu Bienamado para pensar en futilezas, ¿y te asombras de la banalidad de tu obra?
 

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