Escucha
Robo
en las noches
las
rosas de tu boca,
para
que ninguna mujer se sacie.
La
que te abraza
me
roba con mi temblor
lo
que en torno a tus miembros pinta.
Soy
tu frontera.
Quien
te roce
se
despeñaría.
¿Sientes
mi existencia
por
doquier
como
linde distante?
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