miércoles, 31 de marzo de 2021

NÂZIM HIKMET

  

 

A propósito de unas fotos de periódico




1. Carbunco

Sobre dos columnas de la primera página yacen
                                                           dos niños desnudos
sobre dos columnas de la primera página
                                                         con la piel en los huesos.
Tienen la carne agujereada, reventada.
Uno es de Diyarbakïr, el otro de Ergani.
Tienen los brazos y las piernas raquíticos
enorme la cabeza
y un grito pavoroso en sus bocas abiertas
en la primera página dos ranitas aplastadas a pedradas.
Dos ranitas
dos hijos míos ,enfermos de carbunco. 
Quién sabe cuantos miles se nos van en un año
sin haber podido saciar siquiera su sed.
Y el señor subsecretario:
(así lo agarre el carbunco)
«No hay ningún motivo para preocuparse», dice.

3 de agosto de 1959

 

 

2. El jefe de policía

    Abierto como una herida, el sol en el cielo
                                                                                se desangra.

Un aeródromo.
Los presos preventivos, las manos sobre el vientre:
porras, jeeps,
muros carcelarios, comisarías
y cuerdas que se balancean sobre el patíbulo
y los paisanos que no aparecen
y un niño que no pudo soportar la tortura
                                y se tiró desde el tercer piso de la Jefatura.
Y ahí está el señor Jefe de Policía
                                baja del avión
          vuelve de América
                                de un curso de formación.

Estudiaron métodos para no dejar dormir
y quedaron encantados
de los electrodos aplicados en los testículos
y también dieron una conferencia sobre nuestras celdas de castigo
ofrecieron satisfactorias explicaciones
de cómo poner huevos recién hervidos en los sobacos
y cómo despellejar delicadamente la piel con cerillas encendidas.

El señor Jefe de Policía baja del avión
vuelve de América
porras y jeeps
y cuerdas que se balancean sobre el patíbulo
ha vuelto el jefe dicen encantados.

 

1959

 

De: "Últimos poemas 1959-1960-1961"
Versión de Fernando García Burillo  

 

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