Llamado
también Kabir Sahib o Sant Kabir,
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Día
y noche me apesadumbra una cruel angustia y no puedo dormir.
Suspiro pensando en la cita que ha de darme mi Bienamado y ya no siento el
placer de vivir en la casa paterna.
Las puertas del cielo están abiertas; entro en el templo; encuentro a mi Esposo
y depósito a sus pies la ofrenda
de mi cuerpo y de mi espíritu.
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