martes, 4 de mayo de 2021

ELISA HUEZO PAREDES

 

 


 

Alma en pena

 

 

Yo tengo que decir mi palabra.
La que me corresponde.
La que es mía.
La que todavía guardo
porque se está forjando
en la recóndita fragua.
Aún está informe, en gestación.
Su timbre es opaco, sordo, oscuro.
Pero yo tengo que decir mi palabra.

 

No sé en qué yunque se forja.
No sé dónde está la fragua.
La soledad habrá de pulirla.

 

El silencio la hará sonora
como la campana que despierta a los dormidos.
Ante todo a mí debe despertarme.
Duermo.

 

Y es doloroso dormir tan largamente
sin haber escuchado su eco.

 

Está bien descansar, dormir
y hasta morir si se está en posesión de la palabra:
Pero… si no se ha dicho y uno muere
pasará a ser un alma en pena
porque seguirá buscándola.
Yo la busco desde hoy en el vacío,
en el inenarrable hueco abismal…
Desde ahora soy el alma en pena
que quiere encontrar su Palabra.

 

San Salvador, 1980.



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