El
azúcar
Hacia
tu corazón y a mis colmenas
ansiosas de tu miel, voy y regreso
y me revuelvo y zumbo por tus venas
para libar tus flores en un beso.
Apenas
si tú puedes con el peso
del racimo de néctares, apenas…
y entre tus labios voy viviendo, preso
de la miel que atesoras y almacenas…
Porque
en tu cuerpo nace la dulzura
y a donde va lo dulce, vas y dejas
un sabor de alfeñique y confitura…
Oh,
dulcísima dueña de mis quejas,
se va a morir de azúcar tu cintura
como la flor que sueñan las abejas.
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