Mirándome en tu cuadro
“Quiero captar la
poesía de tus ojos”,
me dijiste, mientras en el cuadro
les dabas vida irradiadora,
y toda yo surgía como diosa.
Mi
imagen en tu cuadro es una ermita
que guarda una sonrisa misteriosa.
Tan leve es el dibujo de mi boca
que hasta parece que aletea el beso.
Tan
pura luz le diste a mis pupilas
que mis ojos te buscan y te atraen.
Pues si ya los robaste, ¿qué me queda
sino seguir el robo que iniciaste?
Me
pintaste, quizá, un poco triste,
porque acaso sabías, sin saberlo,
que sólo tú podrías darme vida.
Si
pintar el objeto es poseerlo,
objeto de tu amor fueron mis ojos
por un acto de magia que conoces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario