Liberación
En
brillante redondez
se asoma la luna del escorpio.
Frente a su rostro de lava y memoria
enumero sus dones,
agradezco sus tinieblas.
(le digo)
¿Qué trozos de mí he dejado al camino?,
rastros piel de víbora
vistos de reojo en el tiempo.
¿Qué huesos me quedan?
¿Qué musculatura los cubre y pulsa?
¿Son gotas de la misma sangre
las que hoy manchan la entrepierna,
la sábana pulcra?
Mi nombre ya es, quizá
un anagrama,
varios seres en letras dispersas.
(responde)
Eres Morayma de Granada,
antorcha, estramonio, pez
pero tus huellas
han de ser arena al viento,
tu carne, vasija rota,
un cráneo más en la pira del aghori
y cuando dejes de temer a eso
la eternidad será guirnalda sobre tu pecho.
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