Elegimos
una mentira: que todo sea posible.
Elegimos
tirar una piedra al río
y
quedarnos al borde contemplándola.
Hace
frío.
Podemos
contar una historia que nos incluya,
un
mito que nos desnude, una canción triste para cantar.
Voy
a buscar el verdadero rostro de la palabra,
voy
a lavarla de la pesadez de los días y las noches.
Elijo
una línea de mi mano.
La
desplazo, la extiendo, la parto.
También
desplazo y parto el destino que anunciaba.
Elijo
el centro que se disipa.
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