lunes, 2 de agosto de 2021

VÍCTOR RIVERA

 

  


Bendición de lo leve

 

 

Perdido en el sol de tu trigo
el segador escucha
el jilguero de alas blancas,

 

en el sol de tu trigo,
el oleaje del puerto,
brisa marina entre los dedos,
noble espiga de cuello suave.

 

Desde la copa de tu sueño
parte el navegante,
con una oración para la furia de los mares,
con una bendición para los barcos
que apenas rozan el agua,

 

tú que apenas tocas la sal,
pluma de las tempestades,
en ti que ya se posan las aves,
en ti que ya se pierde el peso de la carne,
carne de tu carne.

 

Brisa marina entre los dedos,
noble espiga de cuello suave,
sumerges el mundo
bajo la lentitud de tu párpado,

 

y nadie huye de ti,
y tú no huyes de nadie,
por el hecho mismo de ser elemental,
carne de tu carne,
junco primitivo de las estaciones.

 

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