jueves, 30 de septiembre de 2021

DIMITRIS ANGELÍS

 

  

 

Llueve sobre la cabeza del perro

 


La luz de la habitación me recuerda la niebla de Moscú. La sombra en la pared bajo el clavo oxidado muestra una imagen que falta. En la escalera han colgado un paraguas en descomposición. Llueve siempre sobre la cabeza del perro.

Sostengo en la mano la llave de mi antigua casa que no abre ninguna puerta. En la calle converso con Santa Catalina. Tú te quemas sobre el caballo de bronce cada tarde y yo tengo nostalgia de ti como una patria olvidada. Tú no tienes la culpa. Tiene la culpa esta música monótona que nos entristece; las flores ajadas en el jarrón. Y el teléfono que nunca suena.

 

De: “Tres poemas sobre Tarkovski”

 

 

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