jueves, 30 de septiembre de 2021

MEGHAN O’ROURKE

 

  


4



De noche vienen hacia ti
distorsionados y brillantes, cual vieja fotografía en una caja de luz
presente,         presente,         no tanto.
¿Los inventamos en el sueño,
o siguen aún   sucediendo
en un tiempo que no podemos tocar?
El partido de hockey en la azul pantalla
de tv que brilla y ralentiza      llego a casa
a un hombre tumbado en el sofá que no llega
a saludar         todos los que se han ido están ahí
las cuchillas de los patines     gastadas
y el comentarista que no para
la cuchilla que se mueve a lo largo de la pista
dice qué disparo qué tiro.
Te ganas la vida, está hecha de días y
de días, ordinarios y pensados más no dichos, laxos
convirtiéndose en lo que pueden ser,           oscuros rollos
de diminutos sentimientos de iglesia, misteriosos, quiero decir,
e intrincados como la luz de ese alto ventanal—

 
intrincados y misteriosos       llego a casa.

 
Cerca de casa paseábamos
por el espolón después de clases los chicos fumando
los sistemas de seguridad del Centro parpadeando una fiesta
disco azul roja/azul roja el río East
reflejando el horizonte de rascacielos           cornisas y nubes
podíamos escuchar el rugir de los autos al otro lado
y probar el aire químico
de las oficinas en que trabajaban nuestros padres
estábamos ahí para recogerlos
para el largo fin de semana en los Catskills
el aburrido gris de las computadoras, las inmensas
ibm Selectrics sobre los escritorios, once, donde,
trece, viajando por los túneles plagados de grafiti,
coqueteando, los chicos        agarrándonos diciendo          hey      hey.
Intercambiable un día con el siguiente.
Jon hablando de ateísmo
franjas de cabello rubio          De noche la bomba como un hongo
sobre la Estatua de la Libertad, blanca
ceguera por todas partes.      Oh, dijo ella, no te preocupes
sólo un sueño             sólo un sueño.
Todos tememos a Rusia.
Imagina           se reía ella      ¡Teníamos que
escondernos bajo los escritorios!

 
Olvídalo          no estabas escuchando         yo intentaba
no te apures no se logra nada
con decirte algo          el frío viento
los arces desnudos tu madre embarazada
vamos los caballos ya han    pasado por la ventana
con un hijo mucho mayor que tú
que la casa por la que pasaron
el río donde todos los chicos católicos echaban a navegar barcos de hielo
tíos que se llevaba el dinero para enviar su remesa a Irlanda.
El futuro aún no ha llegado,   siempre
es que va a ser,          pero te abrazo,
caminando por el espolón, treinta y seis años,
el transbordador cruza de nuevo el río.

  

De: “Días de Sun In” ¹

Versión de Gerardo Cárdenas

 

1.- Sun In es el nombre de un popular producto cosmético para clarificar el cabello.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario